Avanzan las reuniones entre Arquitecto y Cliente, el proyecto se va definiendo… Pero al momento de elegir un sistema de calefacción: ¿cuál es la mejor opción?
Diversos estudios han llegado a establecer una Curva ideal de confort térmico, según la cual las zonas más cercanas del suelo deben tener una temperatura ligeramente más elevada respecto a las zonas más próximas al techo. En el siguiente gráfico, se observan las curvas de los distintos sistemas, siendo la del piso radiante la que más se acerca a la ideal:
Calefacción por radiadores
El radiador es un emisor de calor. El agua de calefacción se genera en la caldera y circula por la tubería para llegar a los radiadores. El agua ingresa al radiador a alta temperatura, cede su calor al ambiente y retorna a la caldera con menor temperatura.
Con este sistema, las temperaturas en los ambientes se distribuyen de manera no uniforme: cuanto más nos acercamos a los radiadores, mayor es la temperatura y viceversa. Por otro lado, en el caso de espacios con mucha altura, el calor se concentra en la zona superior (el aire caliente tiende a elevarse), saturando de temperatura zonas sin uso.
Calefacción por piso radiante
La calefacción radiante consiste en que la mayor parte del calor no se emite directamente, sino como radiación. En este caso, se utiliza el piso como elemento radiante. El sistema se basa en instalar en el suelo una determinada cantidad de circuitos de tubería por donde circula agua de calefacción a baja temperatura. De esta manera, el piso aumenta su temperatura y cede calor al ambiente, obteniendo una mayor sensación de confort, con una temperatura constante y homogéneamente distribuida.
Ventajas del piso radiante
- Temperatura ideal: Es el sistema que mejor se aproxima a la curva de temperatura ideal, proporcionando una temperatura templada a nivel de los pies y más “fresca” en altura.
- Mayor eficiencia: Para su funcionamiento se requiere agua caliente a baja temperatura, a diferencia de los radiadores que requieren temperaturas mayores, lo que genera un mayor ahorro energético y de dinero.
- Más saludable: Se disminuye la presencia de corrientes de aire que producen turbulencia y movimiento de polvo dentro de los ambientes.
- Mayor espacio útil: La ausencia de radiadores o calefactores sobre los muros permite disponer de la organización de los espacios libremente.
- Agradable al tacto: El piso radiante no resulta caliente al tacto, podemos caminar tranquilamente descalzos sobre un piso tibio.
- Bajo mantenimiento: Debido a la baja temperatura del agua de calefacción y a la poca cantidad de elementos metálicos en el sistema, las tareas de mantenimiento son mínimas.
La caldera y el termostato de ambiente son partes fundamentales de los sistemas de piso radiante. Tanto estos elementos, como la forma de ejecutarse la instalación, hacen que el piso radiante se diferencie del su antecesor la losa radiante, un sistema antiguo que generaba temperaturas excesivamente elevadas e incontrolables.
La calefacción por piso radiante presenta muchas ventajas sobre los sistemas de radiadores, incluyendo un importante ahorro energético. Sin embargo, los radiadores suelen ser una muy buena opción en obras existentes, dado que la intervención es muy acotada sobre la arquitectura. Por otra parte, los radiadores son mucho más eficientes y seguros que los tradicionales calefactores a gas.
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